Un cuarteto de carácter convencional (batería-bajo-guitarra-teclado) se presenta en la música nacional como un personaje ecléctico y auténtico. Una arritmia permanente se hace amiga íntima de una melodía irreverente. Una voz que narra poesía de la cotidianidad, coquetea con armonías clásicas. Una pieza de música que parece ser de un estilo determinado, desaparece en su propia estructura y comienza a habitar un viaje, donde cada elemento es un ovillo que se despliega y engrana en este tejido de múltiples polaridades.