Armonías melancólicas, letras cotidianas, el amor y el desamor son territorios comunes en las canciones de La Vuelta al Mundo, donde predominan guitarras acústicas, ambientes otoñales y sutiles pero bellos arreglos orquestales. Pequeñas obras de pop para comenzar un viaje de nostalgias recogidos en otros tiempos, de la mano de sus imprescindibles influencias: Camera Obscura y Belle and Sebastian.