El segundo trabajo del cuarteto chileno Howlers, da señales de un periodo musical de transición en el cual conviven resabios de su primera época (en la que cultivaban un sonido más cercano a un garage rock ortodoxo) con nuevas aristas sonoras que podrían sugerir una evolución en el sonido del grupo. Prueba de ello son Those Days y God, canciones que los distancian del sonido primario que caracterizaba al grupo, acercándolos a terrenos musicales que coquetean con el pop. También es apreciable una veta neo progresiva que se deja ver en The Horns A y The Horns B que podrían sugerir otro camino a explorar.